Hubo una vez:
una dulce canzonetta de amor,
sin final feliz...
la interpretaba un dúo compuesto
por una dulce muchacha, alegre y dichosa,
cuya estrella, una noche, le auguró la felicidad
compartida,
y un ragazzo, allende risueño
del que cuentan que una luna llena marinera
metamorfoseó en un hombre estepario, y,
que de tanto buscar, un día se agotó.
...Y lo extraño era que se querían
pero cada uno en nubes distintas.
Tejieron y tejieron
pero se olvidaron de Penélope,
que una noche, permutó su papel
por el de realidad
y, encelada,
trochó
aquel lugar fugaz y futuro.
Realmente, ella no quiso olvidar su pasado
y él, renunció a morir de amor
como aquel en la ventana de Remedios, la Bella...
...Y lo extraño era que se querían.
Maruchi Laria Pantoja
NO ME MIRES
No me mires, amor,
mira mis manos, mis ojos
que sin mirar te ven y se detienen
en la línea firme de tu frente,
en la suave curva de la espalda,
en las húmedas certezas de tus labios.
No te miro, amor, miro tu ausencia
en los oscuros rincones de mi pecho,
en el vacío hueco entre mis brazos,
en el alma plateada de los peces.
Mírame y ven
para romper la tarde y sus silencios,
para que espigue el trigo y la flor crezca,
para encontrar el azul del cielo azul.
Fernando Prieto Maestre